SpaceX de Elon Musk informó de un encuentro cercano entre sus satélites Starlink y nueve naves espaciales chinas lanzadas recientemente, lo que generó un debate sobre la coordinación de los satélites y la creciente congestión de la órbita de la Tierra. El incidente, que ocurrió a una distancia de sólo 200 metros, subraya la necesidad urgente de una mejor gestión del tráfico espacial a medida que el número de satélites sigue aumentando rápidamente.
Riesgos crecientes en la órbita terrestre baja
El vicepresidente de ingeniería Starlink de SpaceX, Michael Nicholls, criticó públicamente la falta de comunicación del operador de lanzamiento chino, CAS Space. Según Nicholls, el casi accidente resalta los peligros de los despliegues de satélites descoordinados, particularmente cuando los operadores no comparten datos orbitales.
“Cuando los operadores de satélites no comparten efemérides para sus satélites, pueden ocurrir aproximaciones peligrosamente cercanas en el espacio”, afirmó Nicholls en X.
El incidente se produce en medio de un aumento exponencial de los lanzamientos de satélites. En 2023, se desplegó un récord de aproximadamente 2.800 satélites, y el programa Starlink de SpaceX representó una parte sustancial de ellos. Las previsiones predicen un aumento del 190% en el número de satélites en órbita terrestre baja durante la próxima década, según el Foro Económico Mundial.
Respuestas contradictorias y llamados a la colaboración
CAS Space respondió negando cualquier negligencia y afirmando que sus lanzamientos siguen procedimientos obligatorios para evitar colisiones. La compañía declaró que el casi accidente ocurrió casi dos días después de la separación de la carga útil, fuera de su responsabilidad operativa. Sin embargo, CAS Space también reconoció la necesidad de mejorar la coordinación, instando a restablecer la colaboración entre los ecosistemas del “Nuevo Espacio”.
El lanzamiento de Kinetica 1 llevó una carga útil diversa, incluidos satélites para los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Nepal, además de naves espaciales chinas. El satélite específico involucrado en el casi accidente aún no está claro.
La amenaza de los desechos espaciales y el síndrome de Kessler
El incidente pone de relieve el creciente riesgo de colisiones en órbita, que podrían generar cantidades sustanciales de desechos espaciales. Estos fragmentos representan un peligro para los satélites operativos y misiones futuras, aumentando la probabilidad de nuevas colisiones.
Los expertos advierten sobre la posibilidad de que se produzca el “síndrome de Kessler”, un escenario en el que las colisiones en cascada crean un entorno orbital inutilizable. Una vez que se alcanza un nivel crítico de desechos, el riesgo de reacciones en cadena se vuelve exponencialmente mayor, haciendo que ciertas órbitas sean inaccesibles.
La casi colisión sirve como un claro recordatorio de que una mejor comunicación, un intercambio de datos estandarizado y medidas proactivas para evitar colisiones son cruciales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las actividades espaciales. Sin estas mejoras, la creciente densidad de satélites sólo aumentará la probabilidad de que se produzcan acontecimientos catastróficos.
