El ambicioso proyecto de escaneo ocular de Altman se enfrenta a la realidad

15

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, imaginó un futuro en el que miles de millones de personas verificarían sus identidades utilizando nada más que un escaneo del iris. Esta ambiciosa idea se materializó en Worldcoin (anteriormente World ID), una startup que Altman cofundó en 2019 con el objetivo de construir “tecnología para humanos en la era de la IA”.

World utiliza un dispositivo grande con forma de orbe para capturar los patrones del iris de los usuarios, generando códigos únicos que confirman que son humanos y no inteligencia artificial. A cambio de este escaneo, las personas reciben tokens de la criptomoneda de Worldcoin, WLD. Estos códigos podrían luego desbloquear el acceso a plataformas en línea como Minecraft y Reddit.

A pesar de su lanzamiento en 21 países, incluido el Reino Unido, y de atraer más de 240 millones de dólares en inversiones, World no ha cumplido sus elevadas ambiciones. Las proyecciones iniciales apuntaban a la asombrosa cifra de 2 mil millones de usuarios, una cifra que parece cada vez más improbable dado que la base de usuarios actual es de solo 17,5 millones, según Business Insider.

Esta discrepancia entre visión y realidad plantea preguntas importantes sobre el futuro del proyecto. Mientras que Altman expresó optimismo después de alcanzar los 2 millones de registros durante la fase beta de Worldcoin, afirmó: “¡Tengo la esperanza de que ese número llegue a 2 mil millones ahora!” no se ha compartido públicamente ninguna hoja de ruta concreta que describa cómo se alcanzará este objetivo.

La empresa ha enfrentado un importante rechazo por parte de reguladores y defensores de la privacidad en todo el mundo. Las preocupaciones se centran en la naturaleza sensible de los datos biométricos recopilados mediante escaneos del iris. Los críticos argumentan que estos datos son vulnerables al uso indebido por parte de actores maliciosos, a pesar de las afirmaciones de World sobre medidas de seguridad sólidas. En una publicación de blog de la empresa, World sostiene que “las imágenes del iris se almacenan de forma segura en el dispositivo móvil… y las pruebas de conocimiento cero impiden que terceros conozcan la clave pública de la persona o la rastreen a través de aplicaciones”.

Queda por ver si estas garantías calmarán las crecientes ansiedades. La dependencia del proyecto de la participación individual, junto con las persistentes preocupaciones sobre la privacidad, pueden en última instancia obstaculizar su capacidad de escalar a los miles de millones de usuarios que Altman imaginó inicialmente.